Por: Matías Logarzo
La gente salió a la calle
La causa común en defensa de la educación pública y de calidad se transformó en un dolor de cabeza para Javier Milei, uno más, sí. Sucede que lo que comenzó como una marcha en defensa de la universidad y la educación pública trascendió más allá de esos dos tópicos y se enarbolaron en ella gente de diferentes sectores que atraviesan transversalmente a toda la sociedad argentina, jubilados que no llegan a fin de mes, trabajadores a los cuales no les alcanza ni para viajar, muchos sectores independientes, y gente autoconvocada, y hasta propios votantes de Milei arrepentidos.
Este medio estuvo en la marcha y recogió diversos testimonios que abarcan a toda la sociedad en su conjunto, dicho sea de paso, esta marcha ha sido mucho más masiva que la anterior convocatoria universitaria, es decir, el descontento con el gobierno de Milei va aumentando semana a semana, día a día, de hecho se estiman que solo en la Ciudad de Buenos Aires hubo más de un millón de personas, que, sumadas a las enormes movilizaciones en La Rioja, Córdoba, La Pampa, Mar del Plata, Mendoza, y varios puntos más del país, estimamos que más de dos millones de personas le dijeron no a Milei en las calles.
Esto es solo una muestra de un fenómeno que va en aumento y de la mano con la caída de la imagen positiva de Milei, que hoy ronda los 38 puntos porcentuales y el marcado aumento de su imagen negativo, que, naturalmente luego del veto se acrecentó aún más.
Propios votantes de Milei marcharon ayer también en descontento por las medidas en general que está tomando Milei, es decir que la convocatoria universitaria surge como un disparador para que también hayan podido expresarse otros descontentos con el rumbo del gobierno nacional.
Milei desconoce que, a lo largo de la historia, fueron los estudiantes el eje fundamental donde se basaron las grandes transformaciones y grandes cambios, cambio que le puede llegar a él si sigue en este camino de no escuchar, de berrinches por redes sociales y de cerrarse peligrosamente cada vez más en sí mismo.
Por: Matías Logarzo